En Montevideo hay poetas. La ciudad a través de las letras.
Inauguración: Sábado 14 de junio, 12 horas
Observadores atentos escriben sus visiones en pequeñas libretas o en las servilletas de un bar. Son paseantes solitarios: mujeres y hombres que habitan y atraviesan la ciudad de Montevideo de forma casi inadvertida. Sus miradas, enriquecidas por un bagaje cultural privilegiado, por una sensibilidad extraordinaria o por la pasión crítica, enlazan el pasado y el presente. Sus notas nos interpelan, nos obligan a escudriñar en las distintas capas de la ciudad, a descubrir habitaciones en zócalos, molduras y restos de pintura de casas derruidas. Nos conectan con otra ciudad, aunque sea la misma, con otro tiempo. Nos invitan a leer las calles con nuevas lecturas.
En una entrevista publicada en Marcha en 1968, Cristina Peri Rossi expresaba así la necesidad de registro:
Se escribe porque se muere, porque todo transcurre rápidamente y experimentamos el deseo de retenerlo; la literatura es testimonio, precisamente porque todo está condenado a desaparecer, y eso nos conmueve y nos pide a gritos residencia. Escribo, por lo tanto, porque estoy momentáneamente viva, en tránsito, y no quiero olvidar aquella calle, un rostro que vi mientras caminaba, o la alegría que sentí al manifestar por la calle…
La ciudad desde lo inmaterial, como un espacio simbólico, un lugar inmerso en narrativas que permanecen no solo en las letras impresas, sino también en lo que se cuenta acerca de quienes las escriben. De sus trayectorias nos quedan algunas reliquias: manuscritos, fotografías, biromes o collares de perlas. Objetos auráticos, vestigios de una cultura; legados que abren ventanas hacia otras derivas.
La selección que se presenta en sala —y que algunos leerán como arbitraria— invita a recorrer una geografía sensible, un nuevo mapa de la ciudad; una constelación de textos donde las citas se entrelazan, o se cortan dejando oír silencios, espacios vacíos y soledades. Intertextualidades que se superponen, borran o cambian según los contextos, pero que conforman la memoria viva, que es a la vez propia y colectiva.
Rosana Carrete – Kildina Veljacic
Agradecemos especialmente la colaboración de:
Kildina Veljasic; Emmanuel de León y Albert Mestre (pasantes FHCE UdelaR); Marcos Wasem (FHCE UdelaR); Gastón Borges, Carina Blixen y Ana Inés Larre Borges (Biblioteca Nacional de Uruguay); Walter Diconca (Fundación Felisberto Hernández); Mariangel Ilarda, Graciela Rodríguez- Milhomens y Amalia Lejavitzer (Universidad Católica Uruguay); Pablo Dotta; Agustina Fernández Raggio; Brian Mackern; Sofía Casanova (Anima Espacio Cultural); Alejandra del Castillo; Jazmín di Giorgio; Nidia di Giorgio; Daniel Albernaz; Néstor Sanguinetti; Juan Álvarez Márquez; Ignacio Porrás; Niklaus Strobel; Equipo Museo Histórico Cabildo; Museo Blanes; Centro de Fotografía de Montevideo.